A lo largo de los años hemos podido ver la transformación de la educación en Chile, específicamente porque se amplió a una gama de ofertas que ya no sólo abarcaban la educación pública si no también la particular-subvencionada y la particular. Producto de ello, las inequidades han sido abismantes (y lo siguen siendo) pues la educación pública en Chile día a día se ve afectada por el mal uso de los recursos desde los sostenedores (antes municipalidades, ahora transición a servicios locales de educación); a pesar de la lucha de los y las docentes que en sus consignas han pedido que la educación vuelva a ser del estado, a cargo del ministerio de educación y no otros sostenedores.

Y ¿por qué la pensamos como una paradoja? Porque a pesar de lo mal vista que es la educación pública en chile, en niveles básico y secundarios, en la educación superior es otra la historia.

Veamos, desde los 7 años a los 17 aproximadamente, las familias comienzan a pensar cuál será el mejor “futuro” para sus hijos e hijas, así es como comienza una importante búsqueda de establecimientos educacionales. Quienes tienen poco poder adquisitivo deben “conformarse” con unestablecimiento público, ojalá cercano al domicilio para evitar el gasto en locomoción. Por otro lado, quienes tienen un poco más de poder adquisitivo pueden “elegir” dónde poner a su hijo, si es que pueden pagar por un particular subvencionado o por un particular de renombre. En esta situación la educación pública es, generalmente, la última opción, porque es “mala”, porque va gente “mal educada” o con “problemas de comportamiento” y otro sin fin de etiquetas que crecen día a día.

Por el contrario, desde los 18 años en adelante (aproximadamente) la preocupación de la familia es otra y aquí nuevamente vemos la paradoja de la educación pública en Chile, porque aquí el deseo es que el hijo o hija ingrese a una Universidad Estatal de renombre, aquí no importa que sea pública porque éstas “sí que son buenas”, con buen ranking y mejor aún si se puede estudiar accediendo a becas que cubren el arancel o parte de él. Sin embargo, hay múltiples opciones privadas para aquellos que no logran entrar a una Universidad Estatal o bien les parece mejor porque tienen másrecursos.En fin, claramente la educación en Chile es un problema, uno grande, y lo será hasta que ésta no sea puesta, por parte del gobierno, como pilar fundamental de esta sociedad, como herramienta base para el desarrollo integral de los ciudadanos y ciudadanas.

Justicia social existirá cuando la inyección de recursos a la educación pública sea igual o superior al que reciben los establecimientos privados, porque siempre debemos pensar en igualar hacia arriba, en desear que todos los niños y niñas de este país tengan la oportunidad de estudiar donde realmente lo quieran hacer, sin cargar consigo las etiquetas que esta sociedad les coloca por el sólo hecho de estudiar en tal o cual lugar.

Porque no queremos más inequidades, porque un pueblo sin educación es un pueblo ignorante, porque no queremos más paradojas en la educación, no queremos seguir mirando el pasado con nostalgia. Por eso y mucho más, la constante lucha por el fortalecimiento de la educación pública continuará y no cesará, tal y como plantea Paulo Freire en su libro la pedagogía del oprimido: “Para quienes el mirar hacia atrás no debe ser una forma nostálgica de querer volver, sino una mejor manera de conocer lo que está siendo, para construir mejor el futuro “.

Stefanía Gutiérrez Martinetti
Edu. de Párvulos y Básica Inicial. U.de Chile
Vicepresidenta Comunal Santiago
Colegio de Profesoras y Profesores de Chile

Julio 2021